Desde hace un par de años estamos asistiendo al boom de un tipo de programas que poco o ningún prestigio aporta a las cadenas de televisión aunque, por la rapidez con que se han ido apoderando de las madrugadas de las televisiones nacionales, locales y de TDT, sí llena los bolsillos de las emisoras televisivas. Se trata, como se puede intuir al ver el video de más arriba, de los call-shows, programas que durante un puñado de horas tratan de convencer a los espectadores para participar en un (supuestamente) inocente concurso en el que deben adivinar un nombre, buscar errores, hacer una suma sencilla, etc.
La moda de llenar parrillas con este tipo de formato surgió a principios de esta década, cuando televisiones locales de dudosa legalidad basaban casi toda su programación en videncia o en concursos de este tipo. ¿Quién no recuerda los gritos insistentes y nerviosos al no recibir ninguna llamada? "¡¡¡ Todo el escaparate para la próxima llamada!!!". A rimas tan sencillas como "A quien madruga..." contestaban sospechosas voces cualquier otro final absurdo. El caso que mostró a la opinión pública que todo se trataba de un timo fue el de Telesierra, televisión local madrileña que suministraba este tipo de programas a otras tantas cadenas locales de España.
Pero la plaga no acabó ahí. Con la llegada de la TDT numerosas cadenas prefirieron insertar este tipo de concursos en lugar de las reposiciones y otro tipo de contenidos. Variaban la programación y se sacaban unas perras de más. Esta vez, al menos en apariencia, no parecía que las llamadas procedieran de los mismos trabajadores de la cadena (como sí ocurría en Telesierra), pero la dificultad para obtener los premios es llamativa. Por no hablar de los minutos que pasan hasta que entra una llamada en directo (mientras mantienen retenidas cientos de ellas).
Pero no sólo de madrugadas viven los call-shows. Lo peor de todo es que, si no les bastaba con aprovecharse de los insomnes y trasnochadores (mucha gente mayor, parados, jóvenes, etc.), televisiones "serias" como Cuatro y LaSexta (y sus sucedáneas de la TDT) también nos deleitan con estos programas por las mañanas, además de las ya citadas por la madrugada en Telecinco y Antena 3.
Precisamente de La Sexta hay bastantes ejemplos de cómo es casi imposible llevarse un premio y, cuando un concursante afortunado lo consigue, los propios presentadores no saben cómo reaccionar y acaban por negarle la posibilidad de llevarse el dinero. En fin, lo más problemático de esto es que son las propias cadenas de televisión (privadas) las que se aprovechan de esto y, por lo tanto, las posibilidades de informar al gran público sobre el juego sucio de estos formatos es casi imposible.
Nota: En estos dos ejemplos, es muy curioso que los "concursantes" acierten también las letras (en el de arriba) y los números (en el de abajo) que hay en el sobre. La cuestión para plantearse es si no serán los propios trabajadores los que entran en directo (en ese caso, saben que se hablará del programa y dará publicidad), chivatazos a terceros o, quién sabe, concursantes inocentes que, desafortunadamente para el programa, han acertado. ¿Qué opináis?
+Info:
- La Sexta garantiza los 60.000 euros del "timo" en su call-show. Vertele.com 2/12/09.
- Un "timo" le sale caro a La Sexta: 60.000 euros. El Diario Montañés. 3/12/09
- El timo tonto que los hace riquísimos. Ana María Ortiz. El Mundo, 28/11/04.
ostras tio, acabo de crear esta mañana una entrada sobre el mismo tema :S lo que son las casualidades... espero que no te importe, o si quieres la borro
ResponderEliminarpor cierto, soy fran de la clase
ResponderEliminarhttp://martinnoeselnombre.wordpress.com/
La verdad es que es una pena que espacios de este tipo estén quitando espacio a otros programas. Sinceramente, creo que este tipo de programas encierran un poco de todo, es decir, gente que llama creyendo que le va a tocar algo y miembros del propio programa que pretenden convencer a la gente de que es posible llevarse un premio. Sin duda, la televisión necesita cambiar en algunos aspectos
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