22 oct 2009

Bye bye libertad de expresión

Esta entrada no trata estrictamente sobre periodismo, sino sobre cine. Pero tanto uno como otro comparten un factor común: la libertad de expresión. El periodista "debería" actuar libremente igual que el cine "debería" crear artísticamente en libertad. En la información nos hartamos de ver ejemplos de cómo se saltan los principios defendidos por Milton y tantos hombres y mujeres a lo largo de la historia. Y en el cine, muy a mi pesar, también.

Acabo de leer una noticia en Europa Press de la que, pese a estar acostumbrado, no puedo dejar de sorprenderme. La Generalitat, en su cruzada abierta contra el castellano, sancionará a las grandes distribuidoras cinematográficas que no doblen al catalán un porcentaje determinado de sus películas. La medida no es nueva: desde la llegada al poder del PSC (¿PSOE? no creo) la ofensiva contra la lengua común del Estado no ha cesado. Primero fueron las multas a los comercios que no rotularan en catalán (sí es posible, por el contrario SÓLO rotular en catalán), cuando en todo país democrático cada uno debería rotular en la lengua que le diera la real gana. Luego fue la ley de educación que limitaba a dos (¿alguna vez fueron más?) las horas de castellano en las escuelas. Y ahora el objetivo es el cine. Ya Jordi Pujol, el adalid de las libertades, intentó una medida similar a principios de esta década, pero la posible huelga de las "majors" echó para atrás el proyecto (el Govern quería, entre otras, que doblaran la primera entrega de Harry Potter al catalán, y ante la amenaza de la Warner de no estrenarla en Cataluña y la crítica de miles de fans catalanes, recularon).

La nueva Ley de Cine de Cataluña obligará a las grandes distribuidoras (Warner, Disney, Fox, etc) a estrenar el 50% de sus películas en catalán, ya sean dobladas o subtituladas. Si no lo hicieran así, deberían abonar entre 1.000 y 5.000 euros por copia exhibida, además de entregar la mitad del beneficio que generen las copias estrenadas "ilegalmente" (no sé por qué esa palabra me suena a persecución nazi) en la lengua de Cervantes. Se trata de una ley que sólo afectará a las grandes distribuidoras no europeas, cuya lengua original no sea el castellano ni el catalán. Es decir, quedarán exentas las producciones de la "nación vecina", España.

Asimismo, la Ley, en pos de la cultura catalana y europea, también prevé sanciones de hasta 75.000 euros (una cifra que al Govern le parecerá escasa, teniendo en cuenta los 160.000 euros que cobra el ilustrísimo Señor Montilla) a las salas que excedan el incumplimiento de proyectar películas comunitarias en más de un 60% y 40.000 (que vendrían a ser un tercio del sueldo que cobraba Carod Rovira, de 123.000 euros) a los que lo sobrepasen en un 30%. La ley se llevará al Parlament el próximo verano y, una vez aprobada, dará un plazo de cuatro años a las distribuidoras para prepararse.

El objetivo del la ley es incluso elogiable: preservar el catalán como lengua (co)oficial de Cataluña y patrimonio cultural de España. Sin embargo, el instrumento no podía ser más fascista (qué paradógico resulta que esa misma palabra sea la que frecuentemente llena las bocas de tantos militantes revolucionarios...). Para bien o para mal, el cine es una empresa, del mismo modo que lo es la información o el deporte. Y como tal, en una economía de libre mercado, resulta indefendible que se tenga que imponer a un empresario lo que debe comercializar. Absurdo resultaría que a un librero le dijeran qué libros puede o no vender o a una productora discográfica qué cantantes debe apoyar.

Pero así están las cosas. Seguramente a mucha gente que no es catalana (ni siquiera a la mayoría de catalanes) les importe tres cuartos una ley como ésta. Tampoco muchos medios se harán eco de la noticia (o los que lo hagan, serán tildados de derechistas, como suele pasar) o lo harán elogiando el progreso que ello representa. Pero cuántos capítulos de censura y represión comenzaron así.
Más datos:

5 comentarios:

  1. Yo como no estoy de acuerdo ni con el doblaje al español... ¡como para defender que se doble al catalán! Con lo bonito que es ver una película en versión original subtitulada.

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  2. Pues sí, para eso que la dejen en VOS y se acabó. Yo lo que estoy en contra es de toda obligación cultural... Gracias por comentar!

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  3. De verdad, ¿estamos en el siglo XXI, en una sociedad democrática?
    A veces me lo cuestiono seriamente... muy buen artículo (como siempre) y elogio tu capacidad de autocrítica siendo medio catalán.

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  4. Medio catalán no, catalán con sangre andalusa! jejeje Gracias!!! soy crítico con esto porke odio los nacionalismos, sean del color que sean.

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  5. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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