Hace apenas diez días, Televisión Española cumplió lo que prometió hace tan solo unos meses y lo que muchos pensaban que no se atrevería a hacer: eliminar la publicidad de su parrilla. La medida llegaba, además, cuando el sector audiovisual español atraviesa uno de sus peores momentos y cuando el déficit del grupo RTVE no logra descender de los 7.000 millones de euros (pese a los beneficios publicitarios de TVE). A partir de ahora, una cadena de televisión que compra los carísimos derechos de explotación de los Juegos Olímpicos y de otras competiciones deportivas, con centros territoriales en toda España y que apoya económicamente al cine español, se quedará sin una fuente de financiación que mantiene a otras cadenas privadas.
La medida, aunque nos la han vendido como un gesto solidario para con el espectador ("Por que tú lo has querido", era el lema de la campaña) ha sido la forma de dar cierto respiro a las cadenas privadas, que desde años atrás se quejaban de la doble financiación de la televisión pública. La nueva financiación, que corre a cuenta precisamente de esas cadenas privadas y de las "telecos", todavía no puede analizarse, puesto que no lleva ni dos semanas. Lo que sí que nos plantea son muchas incógnitas.
En primer lugar, la viabilidad de una cadena que gasta tanto como TVE en un momento de crisis y fragmentación de las audiencias. Si ya no obtendrá beneficios de los anunciantes, ¿se dedicará más dinero público? Quizás muchos espectadores prefieran tragarse los anuncios a pagar más impuestos o ver cómo los que ya pagan van destinados a TVE y no a otros sectores básicos. En segundo lugar, ¿responde esta medida a una estrategia del gobierno -sea el que sea, en el futuro- tenga a las cadenas privadas de su parte?
A nivel regional, la FORTA (unión de cadenas autonómicas) ha rechazado contundentemente las peticiones de UTECA (Unión de Televisiones Comerciales Asociadas) de que, siguiendo el ejemplo de TVE, dejen de emitir publicidad. El argumento de UTECA es que una televisión pública no puede ser comercial. Sin embargo, desde la FORTA consideran inviable sobrevivir a la crisis sin publicidad. Entonces, ¿sí le es posible a TVE? Y, como afirman las cadenas privadas, ¿es necesario que una televisión pública no sea comercial?
Desde aquí no voy a defender la publicidad. Para el espectador, que paga con sus impuestos la televisión pública es bochornoso tragarse largos bloques de anuncios. Sin embargo, no considero que la publicidad y la televisión pública deban ser enemigas ni que contradiga la filosofía de lo público. La solución, quizás, hubiera sido una medida intermedia: reducir la cantidad de anuncios en TVE y emitirlos sólo en determinados programas (en los que actualmente sigue emitiendo autopromociones). Así, además de permitir al espectador ver una película sin interrupciones (que ya están cosechando éxitos rotundos en TVE, como prueba el estreno de la tercera parte de Piratas del Caribe y la repetición de La Búsqueda) posibilitaría un dinero extra a la cadena.
En definitiva, sólo llevamos unos días sin publicidad y los resultados para TVE parecen ser buenos. Tiene la mejor cuota de audiencia del mes, aunque de poco le sirve si no anuncia nada. Sin embargo, su director, Javier Pons, ha sido relegado de su cargo por criticar la nueva financiación. ¿No interesa su opinión para las estrategias políticas? ¿Augurará una crisis? Todo está por ver. Pero como siempre, el peso (que no tanto los beneficios) recaerán sobre los mismos de siempre: los ciudadanos.
Creo que lo que está claro es que la medida adoptada por TVE ha sorprendido, cuanto menos, a casi todos. Personalmente creo que si bien es una buena decisión el hecho de reducir el número de spots televisivos también es cierto que alguna que otra publicidad no está de más. Como bien dices Héctor creo que lo adecuado sería tomar una medida intermedia. Buena reflexión. Un saludo
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo con vosotros. Creo que ha sido una medida muy acertada porque ahora sí está en igualdad de condiciones con el resto de cadenas privadas. No era justo que otras cadenas tuviesen que competir con ella por lo mismo cuando no estaban luchando con la misma ventaja.
ResponderEliminarAdemás hay que decir que es una maravilla poder ver series o películas sin los odiosos anuncios publicitarios.