El pasado viernes 18 de diciembre veía la luz una noticia que rondaba los medios de comunicación desde tiempo atrás: la fusión de Telecinco (del grupo italiano Mediaset, propiedad de Berlusconi) y Cuatro (televisión en abierto de Sogecable, del grupo Prisa). Antes del verano ya se había hablado de la unión de laSexta y Cuatro, que finalmente no llegó a cuajar.
Ya ha pasado casi un mes y el común de los mortales todavía no hemos visto cambios evidentes en la pantalla. Muchos nos preguntamos qué pasará ahora: ¿tendremos un sólo canal o seguirán emitiéndose Cuatro y Telecinco por separado? ¿Despedirán a cientos de trabajadores? Y de momento las respuestas tampoco son demasiado contundentes.
Los reajustes de plantilla parecen inevitable. Incluso los directivos, como en toda fusión, se agarran a sus sillones a sabiendas de que les queda poco en su puesto. En el aspecto tecnológico y ecónomico todo parece claro: la optimización de medios supone gastar menos para tener los mismos resultados. Y en este sentido, no tiene mucho sentido tener dos estudios (Fuencarral y Tres Cantos), tener al doble de personal cuando pueden trabajar en una y otra cadena a la vez (sinergia), etc. En resumen, que los perjudicados, como siempre, serán los periodistas y profesionales de la comunicación, aunque es cierto que mantendrán la emisión de los dos canales por separado.
En lo ideológico todo son contradicciones. O no tanto. Telecinco es propiedad de Berlusconi. En esta cadena, excepto pequeñas críticas, apenas se menciona negativamente a su propietario mayoritario. En Cuatro, por el contrario, se critica duramente a "Il Cavaliere" y, meses atrás, El País publicó las fotos de Berlusconi desnudo. ¿Se moderarán ahora los redactores de Cuatro y, por extensión, de otras ramas de Prisa (Ser, El País, etc.)? En ese caso, lo triste no será que Berlusconi tenga más o menos apoyos, sino que quedará demostrado algo que parecía evidente -aunque a veces nos negáramos a creer-: que las inclinaciones políticas se compran con dinero. La ideología tiene un precio, y el mercadeo de ésta sólo puede traernos una cosa: la falta de pluralidad.
En especial (y como digo, aunque ya lo supiéramos aún me quedaba algo de confianza en el llamado "Cuarto Poder") me ha defraudado Prisa. El que se vanagloriaba de ser el mayor grupo mediático español se ha deshecho precisamente de aquéllo que tantos años de peloteo al Partido Socialista -e incluso algún que otro coqueteo con el PP- le costó: un canal de televisión nacional. Y ahora lo vende al que presentaban como un enemigo de la libertad de expresión, Berlusconi. Habrá quien diga que no ha vendido Cuatro, que sólo se fusionan. Pero en todas las fusiones hay un pez que se come al otro, y esta vez es Mediaset el que se come a Sogecable.
Curiosa es la reacción de El País en la noticia sobre la fusión. El que durante la Transición defendió la pluralidad y las libertades, ahora ensalza la concentración y los monopolios. "Telecinco y Cuatro se fusionan para liderar la televisión en España" reza su titular. ¿Para liderar la televisión? ¿O para copar el mercado publicitario y el abanico ideológico? "Consolidación del mapa audiovisual español" dice en su entradilla. ¿Significa la concentración y la reducción de alternativas una "consolidación"?
Y en camino de fusión están Antena 3 y laSexta. Todavía más contraste hay entre estas dos cadenas: la primera, de Planeta, con un pasado muy cercano al PP y a Telefónica que poco a poco ha ido suavizando. Y la segunda, de Mediapro, nacida con la bendición de Zapatero y con el Partido Popular como blanco de sus críticas. ¿Quién cederá ideológicamente?
En este vídeo podéis ver el trato que Cuatro daba a Berlusconi. ¿Cambiará ahora?
Héctor enhorabuena por tu blog, está estupendo!! Y como nadie aún te ha comentado en esta entrada, te comento yo. Y bueno mi pequeña aportación, sin duda pienso que en esa unión entre Telecinco y Cuatro, y con un 78% de Berlusconi frente al 22% del Grupo Prisa, creo que está claro lo que va a suceder. Creo que veremos importantes cambios, no solo en Cuatro, sino en todos los medios del Grupo Prisa. Y como bien tu dices es decepcionante que siempre prevalezcan los interes político-económicos e ideológicos, sobre el hecho de informar y mostrar la realidad a los ciudadanos, ya que éste debería ser el objetivo prioritario.
ResponderEliminarMuchas gracias Bea. La primera muestra de cómo van a cambiar las cosas es que el símbolo de PRISA y de la amistad con el PSOE, Iñaki Gabilondo, deja los informativos de Cuatro para pasarse a CNN+...
ResponderEliminarYo creo Héctor que cuando se habla de dinero (audiencia) la ideología se deja a un lado. Lo positivo para ambas empresas será que, aún manteniendo las dos cadenas con el mismo modelo de TV, los éxitos serán compartidos (ejemplo: el Mundial en Cuatro y el cotilleo de Telecinco).
ResponderEliminarHéctor muy buena entrada. La verdad, que se trata de una fusión en la que como bien dices, sólo afloran contradicciones, sobretodo la ideológica es la que más choca. Aunque estoy de acuerdo en lo que dice Bea, teniendo Telecinco un 78% está claro lo que ocurrirá...Sin embargo creo, que lo que prima, al menos en esta fusión, es el factor económico, por encima del ideológico.
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